La respiración larga y profunda o también conocida como respiración yóguica consiste en usar la capacidad completa de los pulmones.
Se comienza llenando el abdomen, luego, expandiendo el pecho, y finalmente levantando las costillas superiores y las clavículas. La exhalación es lo inverso, primero se
desinfla lo superior, luego, la parte media y finalmente, se contrae el abdomen hacia adentro y hacia arriba, hundiendo el punto del ombligo hacia atrás, en dirección a la columna.
Los beneficios de este tipo de respiración son los siguientes:
- La concentración para respirar de esta manera, estimula la secreción de la glándula pituitaria e intensifica la intuición.
- Relaja y calma, debido a la influencia sobre el sistema nervioso parasimpático.
- Incrementa el flujo del prana.
- Reduce y previene la acumulación de toxinas en los pulmones al estimular la limpieza de los alvéolos.
- Ayuda a romper patrones de hábitos subconscientes, tales como inseguridades y miedos.
- Ayuda a combatir adicciones.
- Recanaliza condiciones mentales previas sobre el dolor para reducirlo o eliminarlo (Por ejemplo, en el parto).