De acuerdo con Patanjali (fundador del yoga y compilador del principal texto yoguico los Yoga sutras) todos estos estadios o miembros tienen que estar incluídos en el proceso de Sadhana (práctica) para poder alcanzar el ideal del yoga.
Los pasos de Patanjalí
Los cinco grandes principios universales de Yama trascienden cualquier definición cultural o religiosa, a saber, Ahimsa (no violencia incluyendo a los animales), Satya (la verdad), Asteya (la no avaricia), Bramacharya (control del placer sensual) y Aparigraha (la no posesión de riqueza más allá de la necesidad). Estos principios disciplinan las facultades de acción del ser humano, las cuales son sus manos, las piernas, los órgano genitales y el habla.
Los ocho estadios o miembros del yoga son:
- - Yama (abstenciones mentales y morales), Estos son los principios éticos y morales que se deben seguir en la vida diaria. Incluyen la no violencia (ahimsa), la verdad (satya), la no codicia (asteya), la moderación (brahmacharya) y la no posesividad (aparigraha). Estos principios ayudan a cultivar una conducta ética y respetuosa hacia los demás y el entorno.
- - Niyama (disciplinas físicas y mentales), Estas son las disciplinas físicas y mentales que se practican a nivel personal. Incluyen la purificación interna y externa (shaucha), la satisfacción y gratitud (santosha), la disciplina y autodisciplina (tapas), el estudio de uno mismo y de las enseñanzas espirituales (svadhyaya) y la devoción a lo divino (ishvara pranidhana). Estas prácticas ayudan a cultivar una mente disciplinada, una actitud de autoindagación y una conexión con lo divino.
- - Asana (posturas), Este paso o estado del yoga se refiere a las posturas físicas del yoga. Las asanas son las diferentes posiciones del cuerpo que se practican con estabilidad y comodidad. Estas posturas ayudan a desarrollar fuerza, flexibilidad y equilibrio físico, y preparan el cuerpo para la meditación
- - Pranayama (regulación de la fuerza vital a través de la respiración), Este paso se enfoca en la regulación de la fuerza vital a través de la respiración consciente y controlada. Mediante diversas técnicas respiratorias, se busca controlar y dirigir el flujo de energía vital (prana) en el cuerpo, lo que ayuda a calmar la mente y equilibrar el sistema nervioso.
- - Pratyahara (interiorización, emancipación y control de los sentidos), Aquí se trata de la interiorización y emancipación de los sentidos. Consiste en retirar la atención de los estímulos externos y dirigirla hacia el interior. Mediante la práctica de pratyahara, se aprende a controlar y liberarse de las distracciones sensoriales, lo que facilita la concentración y la meditación profunda.
- - Dharana (concentración), : Este paso se refiere a la concentración mental. Se trata de enfocar la mente en un solo objeto, pensamiento o mantra, y mantener esa atención de manera sostenida. La práctica de dharana fortalece la capacidad de concentración y ayuda a aquietar la mente dispersa.
- - Dhyana (meditación), Aquí llegamos a la etapa de la meditación. Dhyana implica un estado de atención continua y enfoque profundo. La mente se sumerge en la experiencia sin esfuerzo y fluye con el objeto de meditación. En este estado, se cultiva la observación imparcial y la conexión con la conciencia superior.
- - Samadhi (éxtasis espiritual). Este es el estado de éxtasis espiritual y autorrealización. En el samadhi, el practicante experimenta una fusión completa con la realidad suprema y trasciende la dualidad y el ego. Es un estado de pura conciencia y dicha profunda, en el cual se realiza la unidad última.
Los principios de Nyama, son Saucha (la limpieza), Santosha (el contento), Tapas (austeridades y el ardiente deseo de autoconocimiento), Swadhyaya (el estudio de la escrituras que ilumina la inteligencia) e Ishwara pranidhana (la entrega al señor). Estos principios purifican las facultades de percepción, es decir los ojos, los oídos, la nariz, la lengua y la piel.
Asana lleva a la máxima expresión estas facultades de acción y percepción dominadas y las armoniza con el funcionamiento orgánico del cuerpo. Asana no sólo consigue todo eso, sino que también conserva los conductos de la totalidad del sistema nervioso libres de obstáculos, de modo que cuando se practica Pranayama, la energía o Prana inspirada está obligada a fluír sobre todas las fibras nerviosas.
Pranayama aquieta las tensiones del cuerpo y de la mente y despliega la brillantez del intelecto. Pratyahara (la renuncia de los sentidos a los objetos que los atraen) ilumina y muestra el camino hacia la autorrealización. Dharana (la concentración y sujeción firme de la mente) y Dhyana (la meditación en la divinidad) hacen que nuestro ser sea conducido a la absorción total en la felicidad eterna, la meta del yoga: el Samadhi.